09
Oct

Baños de Sal para templar el acero

Como el medio ideal de enfriamiento no existe, se han empleado tradicionalmente numerosos productos enfriantes en cuyo poder templante influyen entre otros los factores siguientes:

Agua

Debe evitarse que el agua se caliente durante el temple, debido a que puede prolongarse la primera etapa del enfriamiento. El agua enfría muy rápidamente la superficie, con lo que se forma una corteza muy dura y se crean tensiones interna peligrosas que pueden deformar o romper las piezas. 

Soluciones salinas

Añadiendo al agua una determinada cantidad de sales de temple (austenitización), el enfriamiento es más rápido y por lo tanto más enérgico, debido no solo al mayor calor específico de las soluciones respecto al agua pura, sino también porque debido a la evaporación, las soluciones salinas cristalizan y sus cristales, dada las altas temperaturas estallan rompiendo el velo de vapor que circunda la pieza.

Sales fundidas

Están constituidas por cantidades variables de sodio, potasio, bario, etc, en forma de cianuros y sus componentes. Son utilizados como medios de enfriamiento y sustituyen con ventaja al aceite y al plomo fundido. Las sales se emplean en un intervalo de temperaturas entre 150 – 600ºC. Se utilizan para enfriar las piezas durante el temple y para calentar durante el revenido. Algunos se utilizan para el calentamiento y fundamentalmente para el tratamiento térmoquímico. Las sales fundidas presentan muy alta temperatura de transición. Con respecto a la severidad de temple, se comportan muy semejante al aceite pudiendo considerarse los efectos equivalentes. La agitación

Aceites

Los aceites animales y vegetales con el uso continuo a determinada temperatura se descomponen, espesan y se vuelven gomosos dando temples bastante irregulares. Además son caros y de olor desagradable. Los mejores aceites para el temple son los minerales obtenidos por destilación fraccionada del petróleo. El aceite caliente tiene más poder refrigerante (30 – 40 oC) que el frío, por ser más fluido. Este tipo de temple produce deformaciones y tensiones internas notablemente inferiores a los del agua y soluciones salinas. Un buen aceite de temple debe poseer las propiedades siguientes: Volatilidad no muy elevada. Temperatura de inflamación y combustión lo más elevada posible. Gran resistencia a la oxidación.

Estos son algunos ejemplos. Pero aún hay algunos más. Os proponemos acceder a la información: Medios de enfriamiento para el temple.

Referencia: N. Caballero Stevens , G. M. Figueroa Cuervo Unidad Docente Metalúrgica (UDM) Antillana de Acero – ISPJAE.